Un podólogo es un profesional de la salud especializado en el tratamiento y cuidado de patologías de los pies.  Para poder desarrollar su función ha de realizar el grado universitario de podología. Este grado consta de 4 años de duración en los cuales el podólogo ha de adquirir conocimientos troncales comunes a otras carreras sanitarias, tales como anatomía, microbiología, farmacología, bioquímica, fisiopatología y otras específicas como biomecánica, cirugía, ortopodologia, podología general, dermatología .

Además del grado, los podólogos realizan cursos, seminarios, expertos y másteres universitarios de postgrado especializados en diferentes ámbitos.

El podólogo para poder desarrollar su actividad sanitaria ha de estar colegiado y estar dado de alta en sanidad. La mejor forma de asegurarse de que estamos acudiendo a un podólogo acreditado es ponerse en contacto con el Consejo general de podólogos que engloba todos los colegios de España para asegurarnos de que nuestro podólogo está colegiado y cuenta con un seguro de responsabilidad civil y al cual se le realizan revisiones periódicas por parte de sanidad.

De esta forma se puede garantizar la seguridad de los pacientes, puesto que en estas revisiones se valora la protección de los datos de los pacientes, de los trabajadores,  limpieza de las instalaciones y del material utilizado. El material debe estar esterilizado por autoclave que a su vez pasa test  de tiras reactivas en cada uso y test de esporas mensuales.